Ante la estimación para alcanzar la igualdad de género de la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU), en donde se necesitarán aproximadamente 275 años para cerrar la brecha salarial, es fundamental la transparencia en cuanto a criterios y decisiones sobre salarios, con la finalidad de prevenir la discriminación por motivos de género, destacó Paloma Cruz Monroy, maestrante en Género, Sociedad y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx).
Los trabajos no remunerados son labores que se hacen de manera cotidiana dentro de los hogares como el quehacer doméstico y el cuidado de las infancias, personas con problemas de salud y personas mayores, sin que haya de por medio un pago.
En este sentido, Paloma Cruz destacó que las mujeres realizan al menos 2.5 por ciento más de tareas domésticas y trabajos de cuidados no remunerados dentro de los hogares, a diferencia de los hombres. Además, destacó que las mujeres que también se desempeñan profesionalmente y continúan estudiando realizan dobles o triples jornadas de trabajo, que no son reconocidas como actividades económicas y, por lo tanto, no se remuneran.
“Dentro del Producto Interno Bruto (PIB) estas labores no son consideradas como una actividad económica, pero estudios recientes han encontrado que el PIB en México sería de 27 por ciento si se contará el trabajo no remunerado, que equivale al trabajo de las industrias”, abundó.
Además, Cruz Monroy señaló que de acuerdo con estimaciones de la ONU, para cerrar la brecha salarial se necesitaban aproximadamente 275 años; sin embargo, ante la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2 se estima que se necesitarán más de 300 años para cerrar esta brecha entre hombres y mujeres.
“Actualmente, las mujeres ganan 77 centavos, mientras que los hombres ganan un dólar por un trabajo de igual valor e igual tiempo, a pesar de que las mujeres cumplen con dobles o triples jornadas laborales. En el caso de nuestro país, por cada 100 pesos que gana un hombre, las mujeres perciben 73 pesos, el promedio de la brecha salarial es de 27 por ciento”, apuntó.
Paloma Cruz explicó que la igualdad salarial es fundamental para cerrar la brecha de género, a través de acciones afirmativas que aseguren la conciliación de la vida laboral y familiar, a través de la eliminación de estereotipos de género para que los hombres también se involucren en los trabajos no remunerados, además, de que se implemente un servicio de cuidados asequible y se cuente con servicios públicos de cuidado infantil y de atención a los adultos mayores.
En este sentido, enfatizó que el reconocimiento de este tipo de trabajos permitirá que todas y todos vivan en condiciones igualitarias, ya que se generan mejores oportunidades para hombres y mujeres como la protección universal en la economía formal e informal donde se brinden ingresos para personas desempleadas o subempleadas, licencias de maternidad remuneradas, servicios de atención social y sanitaria, de seguros contra la pérdida de ingresos por enfermedad o accidente laboral y de pensiones adecuadas para la jubilación; además del establecimiento de un salario mínimo vital que beneficie a todas las personas que tienen una remuneración baja.
Finalmente, Cruz Monroy invitó a los y las universitarias a incursionar en la investigación con perspectiva de género, ya que es necesario generar información desde la pasión para la creación de bancos de datos e información para hacer llegar el conocimiento a muchos más lugares.