Hace falta difundir información respecto a padecimientos como la ansiedad y la depresión en las juventudes, ya que es necesario romper los estigmas que tienen las enfermedades mentales, porque es más valiente pedir ayuda que luchar contra ellas en solitario, enfatizó Andrea Novas Maldonado, Oficial Local de Derechos Humanos y Paz de la Organización en Pro de la Salud de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx)
Novas Maldonado explicó que ante el regreso de actividades presenciales se han exacerbado los problemas de salud mental en jóvenes universitarios, lo que ha generado sentimientos de frustración, inutilidad y miedo hacía el futuro, causando que las y los jóvenes se comparen con otras personas y se auto exijan para lograr los estándares que la sociedad les impone.
Actualmente las y los jóvenes universitarios, además de las generaciones por venir, cuentan con una gran presión social, porque al contar con estudios profesionales se les exige acceder a un trabajo bien remunerado, un grado académico mayor al que ya obtuvieron, tener una familia y bienes propios, ya que eso es considerado como éxito.
Ante este escenario, Andrea Novas enfatizó que una de las grandes preocupaciones de las juventudes es la incertidumbre de saber que van a hacer cuando egresen, ya que existe una sobre exigencia en cumplir con las expectativas que su círculo cercano tiene sobre su futuro; además, al salir de la universidad y darse cuenta de la realidad laboral y económica les es más complicado cumplir aquellas metas y sueños que se han propuesto.
“Estos sentimientos son muy difíciles de sobrellevar, ya que desde la infancia se nos enseña a reprimirlos o a no identificarlos. Por ello, el primer paso es aprender a conocernos a nosotros mismos y, en ese sentido, saber por qué y cómo estamos sintiendo esa emoción para así nombrarla. Este ejercicio es de mucha auto motivación y disciplina para entender que a lo mejor hoy fallé, pero mañana voy a seguirlo intentando”, abundó.
En este sentido, la también estudiante de medicina resaltó que detectar trastornos mentales como la ansiedad y la depresión en las juventudes es más difícil, ya que se tiene el estigma de que no existen las enfermedades mentales. Por ello, no se pide ayuda, ya que también está la creencia de que si vas al psicólogo es porque tienes una enfermedad mental grave como la locura.
“Todos estos trastornos van a repercutir de manera física, como en el desarrollo profesional de los jóvenes, ya que si tienes depresión o ansiedad no puedes desarrollarte normalmente, por lo que es más difícil lograr los objetivos que tienes, ya que es como si tuvieras una carga que te detiene constantemente”, comentó.
Andrea Novas explicó que uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años va a padecer algún trastorno mental que supone 13 por ciento de morbilidad en este grupo etario, siendo el suicidio la cuarta causa de muerte en el mundo en las juventudes de 15 a 29 años.
Finalmente, expuso que es necesario el cuidado de la salud mental, ya que ésta brinda una serie de herramientas para hacer frente a las adversidades y lograr alcanzar un estado de bienestar que permite a las personas afrontar los momentos de estrés, desarrollar habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente para llevar a cabo un desarrollo y una vida plena.