De un plumazo, empleados del ayuntamiento de Toluca perdieron su antigüedad, al condicionarles el pago de la última quincena a la firma de su “baja” y de una nueva “alta” que no les reconoce los años de servicio prestados a la administración municipal.
La medida fue dirigida a los alrededor de 3 mil empleados supernumerarios, que eran trabajadores de base que no se encontraban afiliados a ningún sindicato, algunos, incluso, a punto de jubilación, con lo que al suscribir la baja también renuncian a este derecho.
Con la firma, dejaron de ser supernumerarios y se convirtieron en personal de confianza, con la posibilidad de ser removidos, sin mayor obstáculo jurídico y económico.
Algunos afectados que suscribieron los documentos, explicaron que lo hicieron por necesidad, pues viven al día y deben costear alimentación, transporte y demás necesidades de sus familias.
Por el contrario, alrededor de 200 trabajadores se negaron a suscribir los documentos, pero ya no se les permitió el ingreso a sus centros de trabajo, tampoco se les entregó el finiquito establecido en 12 días de indemnización por año, con la advertencia de que les será cubierto en los tribunales.
Los documentos de baja y alta, carecen de logotipos, sólo tienen texto y en ellos se asegura que se les pagaron en tiempo y forma salarios y prestaciones, pese a los retrasos en quincenas, falta de pago de aguinaldos y primas vacacionales del año pasado- y renuncian a su derecho de emprender cualquier acción legal contra el ayuntamiento.
Los movimientos, fueron realizados por el despacho externo MFONTOVA ASOC. S.A., propiedad de Alma Merino Fontova, a quien el gobierno municipal contrató para este fin, y quien se encargó de llamar, primero de uno en uno, a los empleados, y a finales de la semana pasada de forma general, tras realizar, según se expuso, una evaluación laboral cuyas variables evaluadas y resultados se mantuvieron en el hermetismo.