Dónde otros ven desperdicios y objetos inservibles, Ricardo y Uriel ven una oportunidad de trabajo, y es que todos los días desde las seis de la mañana, un contenedor de basura se convierte en su principal herramienta, son trabajadores de limpia, personas a quienes muy pocas veces se les reconoce su labor.
“Si es lo que les falta hacer, estar aquí en nuestros zapatos para que vean como se recoge y todo”.
A diario estos dos hombres abren cientos de bolsas con desperdicios que la gente va y avienta en las calles cómo Santos Degollado en el centro de Toluca. Muchas veces, dicen, se enfrentan a muchas lesiones, ya que a la ciudadanía no le importa tirar desde vidrios, jeringas u otros objetos.
“Todo lo avientan igual, no tienen la amabilidad de decir: aquí vienen vidrios rotos separa, o ten metelo con cuidado”.
Con la pandemia derivada del coronavirus, este oficio se ha vuelto más complicado, ya que señalan, los mexiquenses depositan sus cubrebocas en bolsas que no vienen señaladas, situación que los pone en riesgo, pues no saben si fueron utilizados por una persona con COVID-19.
Resaltan que la conciencia por parte de la ciudadanía en separar sus residuos es nula, aunado al poco respeto que le tienen a los trabajadores de limpia,debido a que en ocasiones llegan amas de casa o trabajadores y les avientan sus bolsas sin importar que ellos están dentro de los contenedores.
“Hay personas que pasa en el carro y te avientan las bolsas sin importarle que tu estes adentro y te puede pegar, o pasa que te la avienta afuera, les decimos que se baje a depositarla dentro y te dicen que es nuestro trabajo”.
A diario, estos dos hombres recolectan más de una tonelada de basura, tan solo en un lapso de 12 horas, tiempo de su jornada de trabajo.