Pese a los esfuerzos de las colectivas feministas, de la detonación de Alerta por Violencia de Género y la creación de distintas políticas públicas para combatir las vulnerabilidades que enfrentan las mujeres en materia laboral, la discriminación y la segregación se convierten aún en puntos de quiebre.
De acuerdo con Monserrat Váldez, investigadora de Equidad de Género de la Universidad Autónoma del Estado de México, hoy las mujeres enfrentan fenómenos como el “techo de cristal”, que es una forma sutil de discriminación y desigualdad, y que se plasma en que ellas no son tomadas en cuenta para cargos directivos o para asensos significativos,anteponiendo pretextos como la maternidad.
“El carácter de las mujeres con funciones de liderazgo es asociado con factores biológicos, es decir, si es una jefa estricta o enojona es porque está en sus días o está menopaúsica. De esta manera, se desautoriza su trabajo”.
Por ello, lamentó, no importa si más de 50 por ciento de los espacios laborales son ocupados por mujeres, ya que existen estas formas de discriminación que no dejan de ser un problema.