Las palas, picos, arena, tarimas, martillos, castillos y clavos tomaron un descanso, las manos que los manipulan, las de los albañiles, estaban de fiesta, celebraban el oficio que permite que lleven alimento y un mejor sustento a sus hogares.
No se sabe a ciencia cierta porqué el Día de la Santa Cruz y el de los obreros de la construcción, los albañiles, se empalman; sin embargo, se sabe que su propósito versa de una creencia religiosa, donde los trabajadores encomiendan su labor o la culminación de la obra a la Santa Cruz para que les proteja de sufrir algún percance o accidente en el trabajo, de aquí la relación de las celebraciones.
Jubilosos los amantes del oficio que levantan sueños y patrimonios, llegaron puntuales a la misa del mediodía con sus cruces de madera ataviadas con telas y flores, listas para ser bendecidas.
“Es un orgullo, estoy orgulloso de mi oficio, de que mis manos ayudan a que una familia tenga un hogar. Ahora que pasó lo del sismo de septiembre, y todo quedó destruido, son nuestras manos las que levantan la esperanza de la gente, sus hogares van a renacer por la mano de los albañiles y eso es motivo de orgullo”, comentó Armando Alanís.
Durante 17 años, a falta de una oportunidad para estudiar y por ende desarrollarse en otro giro, Armando confiesa que cada 3 de mayo le genera una emoción, porque es su oportunidad de agradecer que tiene trabajo, que sus manos crean, que su sudor y dolor físico, valen la pena.
En el Estado de México, datos del Banco de Información Económica del INEGI, señalan que en enero de 2018 se contaba con 18 mil 341 personas ocupadas en el sector de la construcción, de las cuales 9 mil 967 eran obreros. Sin embargo, en febrero del mismo año, el personal ocupado en el sector ascendió a 19 mil 234, de los cuales 11 mil 360 son obreros.
Aunque los sueldos de los albañiles no rebasan los 114 pesos diarios en la entidad mexiquense, muchos de ellos trabajan sin prestaciones y en la informalidad, aseguran que es un oficio que les ha permitido valorar desde el conocimiento, el techo que está sobre ellos y el piso que pisan en sus casas, por lo que los albañiles en su día hicieron un llamado a los jóvenes a acercarse, a aprender, el arte de la construcción.