“Pues así cómo dijo mi compañera; desde mil 200 hasta mil 500, porque desde que entramos todo tenemos que pagar, desde mesa, todo, todo, y pues tambien les tenemos que dejar un dinero para ellos para las cosas que les lleva”.
Es el testimonio de Maria “N”, hermana de Herminio, quien lleva recluido 10 años en el Penal de Santiaguito, señala que durante las visitas tienen que enfrentar las famosas “cuotas” para poder ver a sus familiares.
“Cuando ellos bajan a sus dormitorios tienen que pagar para que les dejen pasar esas cosas".
La atención médica y las torturas, también son una constante, sin embargo, los internos víctimas de está situación no denuncian por temor de perder la vida.
“Pero a veces mi hermano se queda callado, para no preocuparnos. Le preguntas: ¿como estas? Y nos responde que bien, pero yo se quien es mi hermano, yo lo conozco, se que se guarda todo para no preocuparnos".
De acuerdo con familiares, los reos cuando manifiestan tener dolor solo les brindan una aspirina.
"Les duele algo van al doctor y les dan una aspirina o ibuprofeno, es lo único, y si se les quita bien y si no se aguantan al grado incluso de caer desmayados y solo así los pueden atender medio bien".
Actualmente en los 22 centros penitenciarios existen más de 30 mil personas privadas de la libertad entre hombres y mujeres
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