Comerciantes ambulantes de la ciudad de Toluca aseguran que para ellos la cuarentena no es una opción, ya que fuera de las organizaciones comerciales y los liderazgos que mantienen una mafia de comercios ambulantes, las personas que salen a vender productos para subsistir son los que han sufrido las medidas de aislamiento social.
Sobre la avenida Independencia, sobre un huacal de madera “Juan” vende carritos de fricción y pequeñas autopistas. 20 pesos es el precio de tres carritos y dos piezas de plástico que simulan una pequeña pista de carreras. Ha vendido diferentes artículos, cortaúñas, tijeras, lápices, lo que le alcance para invertir, sin embargo, junto con su esposa había previsto vender estos juguetes para el 30 de abril, situación que se ha frustrado por la situación sanitaria.
“Mi esposa estaba trabajando, pero con todo esto la dieron de baja y pues ahorita solo lo que yo hago. Hoy no he sacado nada, y a veces con 20 o 30 pesos que se gana uno para llevar de comer unos huevitos, unos frijoles a la casa, y hasta me voy caminando hasta Santa María del Monte”, comentó.
Esta misma situación la vive la señora “Magdalena”, vende dulces y cigarros sueltos atrás de la cámara de diputados desde hace muchos años, diariamente vendía entre 200 y 300 pesos que le ayudaban a mantener a su hija menor que aún vive con ella y pagar su enfermedad.
Desde el inicio de las medidas sanitarias sus ventas se desplomaron, pues sus principales clientes eran trabajadores de la misma cámara de diputados y de las oficinas de gobierno qué hay entorno al centro toluqueño.
Asegura que hoy vende apenas para comprar algo de comida y no ha podido comprar su insulina, ya que desde hace un mes las ventas cayeron profundamente.
“Ahorita han pasado y me han dicho que me retire por lo de la enfermedad y sino me van a decomisar, que se van a llevar mis cosas, pero bueno, pienso yo, sino salgo de que me voy a mantener, de qué voy a sobrevivir, sino es la enfermedad me voy a morir de hambre”, comentó la mujer.
En ambos casos sobreviven “toreando” a los granaderos e inspectores, con la intención de obtener unos cuantos pesos para llevar alimento a sus hogares, ya que ninguno de los dos pertenece a organizaciones de comerciantes, pues aseguran que se trata de otras mafias que les quitan el poco dinero que llegan a obtener con sus ventas.