Héctor Martinez tiene un pequeño local en la avenida Juárez, casi en el centro de Toluca, pero tuvo que bajar su cortina durante cuatro meses; tiempo en el que sobrevivió trabajando como chofer. Sin embargo, pudo reabrir su negocio hace poco más de un mes, sin que sus ventas aún se hayan normalizado.
Para él, el Buen Fin no representará ninguna diferencia para sus ventas, pero tampoco para sus compras, pues asegura que ante la crisis no puede ofrecer mejores precios, mucho menos competir contra las grandes cadenas.
“Vendemos ropa, pero no podemos hacer descuentos. La ropa es de calidad, aunque no de marca; por eso compramos y vendemos muy barato todos los días, no sólo en el Buen Fin; pero no podemos ofrecer descuentos o regalarles cosas. En años anteriores sí les ofrecíamos un descuento, pero este año no, está muy difícil para nosotros como comercios pequeñitos”, señaló.
Esta situación se repite con otro tipo de comercios. Graciela Vargas se dedica a poner uñas, uno de los rubros más afectados ante la falta de consumo, pues en muchos casos es un lujo que no todos se puede dar.
“El problema para mi con el Buen Fin es que las clientas quieren un descuento como si uno fuera una estética grande, y no podemos hacer eso. De entrada, tenemos que ir a domicilio y eso representa gastos extra. En muchos de los casos, este tipo de productos son los que recortan primero cuando no tienen dinero; en vez de ponerse uñas o gelish, se pintan las uñas ellas mismas para ahorrar, y nosotros nos quedamos sin trabajo”, comentó.
De acuerdo con comerciantes locales, el Buen Fin no beneficia a todos, especialmente a los locales, pues aseguran que en este momento requieren el apoyo de sus vecinos, ya que no pueden competir contra los descuentos que ofrecen las grandes cadenas durante este periodo.