El 16 de enero de 1905 se colocaron las primeras alacenas, donadas por Wenceslao Labra, alrededor de Los Portales de Toluca, para poder darle un lugar digno a los comerciantes de la época, desde entonces, se han convertido en un punto de referencia gastronómica en la capital mexiquense, pues lo mismo se venden tacos de guisado que de obispo, dulces típicos, garapiñas, tortas… pero también se arreglan relojes y se vende artesanías.
Por ello, para celebrar sus primeros 115 llenando corazones y satisfaciendo antojos, los locatarios de Las Alacenas preparan ya una verbena en las que sus clientes y las familias que han compartido por tres o cuatro generaciones días de trabajo, puedan disfrutar.
Fue en 1904 cuando Alberto Aizpuru solicitó al gobierno estatal y municipal la colocación de alacenas con el objetivo de embellecer los Portales de La Paz, Reforma y Constitución, en la capital del Estado de México, y desde entonces, las familias han convertido en este espacio en uno de los símbolos de convivencia del centro de la ciudad de Toluca.
De las 112 alacenas que abrieron hace más de un siglo, hoy sobreviven 62, pintadas de blanco con gris, ataviadas con anécdotas, pues estos pequeños puestos no se venden, se heredan de padres a hijos.
Entre los puestos resaltan las Tortas del Ojeis, abiertas desde 1906, e instaladas en Las Alacenas, desde hace más de 40 años.
“Estos son espacios que se le dieron a la gente que tenía algo que vender, ahorita hubo una remodelación, se pintaron de color blanco rescatando su imagen original. Nosotros somos cuarta y quinta generación trabajando en lo que son las tortas, lo inició el tío bisabuelo Florentino Salazar, luego mi abuelo, mi papá, y ahora nosotros los hijos aquí, donde estamos en la alacena 50 desde hace 46 años”, comentó María Guadalupe, encargada y heredera de la tradición de las tortas de mole con bombas del Ojeis.
Para celebrar un siglo y tres lustros de vida, Las Alacenas organizan para el jueves 16 de enero una gran verbena para compartir entre propios y extraños con rifas, música en vivo, danzas folclóricas y un ambiente de fiesta, además de la develación de una placa conmemorativa.