Desde hace 18 años, Carlos Barajas ha sabido combinar las armas, el chaleco antibalas y las patrullas con los zapatos de baile, los trajes de charro y la música, y es que además de ser policía adscrito a la Secretaría de Seguridad Estatal, también es bailarín de ballet folclórico en la entidad.
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"No me cuesta mucho trabajo, porque lo que hago como policía se queda como policía, y lo que hago en el baile ahi se ve reflejado, trato de no mezclarlas pero no están tan separadas las dos carreras que estoy ejerciendo se necesita mucho ejercicio, mucha preparación".
Brindar seguridad, así como bailar aquella música regional mexicana es lo que más le apasiona a Carlos, por ello disfruta cuando deja el uniforme de policía por la camisa, sombrero, chaquetín y la corbata de moño.
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"Yo me he rodeado de muchos compañeros policías, que lo que hacen después es de beneficio a la sociedad, no soy el único bailarín de la policía, existen en actuación y es que la policía nos tiene como robot y no somos robot, no agredimos a la gente no somos así, somos de carácter fuerte porque se necesita en la policía pero tenemos, familia, amigos, somos creyentes en una religión, y si me dicen es difícil encontrar a alguien así".
Su actividad artística, le ha permitido viajar por el mundo y bailar frente al Papa en el Vaticano, en Jerusalén y Bellas Artes.
"Un estadio repleto en Cerdeña, una isla qué está en Italia, tocan el himno y me dicen te toca a ti solo subirte con la bandera, no pues todavía no llegaba al centro y ya estaba llorando y dije que bendición".
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Carlos comenta, que además de tener muchas glorias en el baile, también las ha tenido cómo policía.
"Se querían llevar el carro pero estaba un niño adentro entonces la señora nos fue a pedir apoyo, se detuvo el auto y tuvimos la fortuna de detener al ladrón no traía arma, y todo salió bien".
En ambas carreras, el policía y bailarín ha puesto la misma fuerza, una para defender y proteger a la ciudadanía, y la segunda en deleitar a los mexiquenses con su baile.