El Grupo Parlamentario del PAN propuso incluir la violencia mediática como una modalidad específica en la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de México, con el propósito de concientizar sobre este tipo de agresión para también erradicarla.
La iniciativa promovida por las diputadas Karla Fiesco y Brenda Escamilla define este tipo de violencia como toda acción u omisión tendiente a publicar o difundir mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, ya sea escrito o electrónico, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra su dignidad.
También considera violencia mediática la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes de promoción sexualmente explícita, legitimando la desigualdad de trato o construyendo patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres.
Fiesco García indicó que si bien los medios de comunicación contribuyen a la lucha global por los derechos de las mujeres, también han sido utilizados como vehículos que permiten perpetuar diversas formas de violencia machista, acciones que se volvieron comunes y fueron aceptadas socialmente, sin que se generara conciencia sobre las consecuencias.
Destacó que toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, sin discriminación, y a ser valorada y educada libre de patrones de comportamiento estereotipados y prácticas sociales y culturales basadas en conceptos de inferioridad o subordinación.
Por eso, manifestó, la prohibición de ejercer violencia mediática está contenida de manera implícita en los diversos tratados internacionales en los que se establece que no se deben reproducir estereotipos que atenten contra la dignidad de las mujeres.
De igual modo, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer menciona que los Estados Partes deberán tomar las medidas apropiadas para “modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos”.
La iniciativa fue remitida a las comisiones de Procuración y Administración de Justicia y Para la Igualdad de Género, para su análisis y dictamen.