Hasta una década de retraso tiene en el Valle de Toluca la implementación de una contingencia ambiental, así lo consideró, Luz María Gómez Ordoñez, presidenta del Movimiento Ecologista del Estado de México, y sostuvo que la medida llega a destiempo y sin una estrategia para llevarse a cabo.
Desde hace diez años, explica, en esta zona, la cifra de días con calidad del aire satisfactoria para la población no rebasa la decena, debido a que no se tiene un plan integral de carácter metropolitano para contrarrestar la grave contaminación atmosférica que enfrenta la región, esto desde una Secretaría del Medio Ambiente ineficiente con nula coordinación y actuación en la materia.
“La Secretaría de Medio Ambiente siempre se lava las manos diciendo que ellos son de carácter normativo, que no pueden hacer nada en contra de los contaminadores, por ejemplo, la industria... ‘pues es responsabilidad de Profepa’, si se están incendiando los bosques, ‘eso es de Probosque o como se le llame’, ellos se quitan responsabilidad pero se olvidan que una de las actividades de medio ambiente es coordinar”.
Una autoridad rebasada y sin saber cómo actuar, asegura, se evidencia desde la falta de información para las familias, empresas e industrias con relación a la contingencia que prácticamente en su totalidad han seguido sus actividades frente a los graves riesgos a la salud.
“El problema de la contaminación es que los que las padecemos, nos adaptamos a ella; la contaminación no es de que mate a la gente de inmediato, sino que nos estamos envenenando gradualmente, eso es lo que les da confianza a las autoridades de que no está pasando nada, mira, hay contingencia y la gente está jugando, la gente salió a correr porque hay desinformación, la gente no sabe lo que le está pasando”.
Recuerda que en países industrializados una contingencia ambiental se decreta desde los 100 puntos de deterioro en la calidad del aire, pese a ello en nuestro país se espera hasta llegar a la barrera de 150, en el entendido, dice, que las familias soportan más la contaminación.
“Este problema de la contingencia ambiental nos debe de llevar a reflexionar sobre en qué mundo queremos vivir y qué mundo queremos dejar a nuestros hijos”, añadió la especialista.