De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social el Estado de México, Chiapas, Jalisco, Puebla y Veracruz, son las entidades donde más de un millón de niñas, niños y adolescentes se ubican en la categoría de pobreza.
La entidad mexiquense cuenta con 2.79 millones de menores de edad en pobreza moderada o extrema, Chiapas registra 1.63 millones, Veracruz, 1.61 millones, Puebla, 1.45 millones, y Jalisco, un millón.
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La población infantil en pobreza es aquella que presenta, al menos, una carencia social como: rezago educativo, falta de acceso a los servicios de salud, carencia a la seguridad social, ausencia de calidad y espacios de vivienda, carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda o falta de una alimentación nutritiva y de calidad.
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Como ejemplo de esta situación, Lucio Vázquez junto con su nieto, buscan entre los desechos que tiran los condóminos de la Central de Abastos alguna fruta o verdura que puedan consumir en su hogar, y es que la falta de empleo e ingresos hacen que esta familia integrada por ocho personas sea parte de la pobreza que viven cientos de menores y adultos en el Estado de México.
"Pues como ahorita tenemos que andar buscando lo que otros tiran, nosotros lo andamos levantando para tener que comer".
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La inocencia del menor, no le permite saber del nivel de pobreza en la que vive, para él, recolectar papayas de entre el desperdicio es algo normal incluso un triunfo ya que habrá algo de comer en casa.
"Haya o no haya de todos modos se les tiene que dar de comer, piden fruta, comida, una gasolina de todo andan queriendo pero nosotros no tenemos ese privilegio de darles".
En el país, desde hace tres años se observó un incremento de la pobreza en la población infantil y adolescente de 2.3 puntos porcentuales, al pasar de 50.3 a 52.6 por ciento, aumento que se presentó, por la crisis de ingresos familiares como consecuencia de la pandemia de la COVID-19.