El jueves 30 de Mayo, Flora Navarrete Mora, agente de tránsito municipal de Toluca realizaba su actividad diaria de servicio en las calles; sin saberlo, su imagen siendo arrollada por un taxi colectivo irregular en las inmediaciones de la terminal de autobuses trascendería en medios estatales y nacionales como un reflejo de las agresiones y violencia que viven las mujeres en todo México.
Madre soltera de dos pequeños de 5 y 6 años, recuerda todavía con amargura su encuentro con la muerte del que agradece salió sana y salva.
“Le estaba levantando la infracción en lo que es la calle de Berriozábal… yo, cuando llego, checo el coche y no tenía conductor; estaba procediendo a levantar la infracción, llegó el conductor y sin más ni más, prendió su auto y me pasó, me echó el coche encima y se fue, mi compañero no me pudo auxiliar porque todavía estaba un poco lejos, ahorita todavía me siento un poco mal de la lesión pero pues ya ando trabajando”.
Reprocha que este hecho cobró especial relevancia por las imágenes de la agresión que pudieron ser capturada; sin embargo este tipo de violencia es lo más frecuente hacia todas las oficiales; conductores agresivos, molestos y groseros pese a que no cumplen la ley, es el pan de todos los días.
Particulares, taxistas y choferes del servicio público nadie se escapa de ofender a las oficiales.
“Al dar la infracción algunos no nos las quieren recibir, nos quieren arrebatar placas de las manos, nos agraden física y verbalmente”.
En el marco de los operativos de revisión para constatar que se está cumpliendo con la verificación vehicular, llama a los conductores a pensar que detrás de cada oficial de tránsito hay una mujer que lucha por sacar adelante a sus familias además de que si no incurren en ninguna violación a la ley no tienen porque ser infraccionados.
“Respeten nuestro trabajo que nos respeten a nosotras como mujeres porque detrás de este uniforme hay una mujer como cualquier otra”.
Con 17 años en la corporación 11 de servicio en seguridad pública y seis como oficial de tránsito, hoy una vez más está en las calles dispuesta a hacer su parte para que la sociedad en la que vivimos funcione, por sus hijos que la esperan en casa.