Desde hace dos años, Leonardo, de 69 años de edad, se dedica a embolsar la mercancía en un centro comercial ubicado en Paseo Adolfo López Mateos. Buscó esta oportunidad de trabajo, ya que su esposa enfermó de diabetes y no cuentan con recursos para comprar sus medicamentos.
"Entré a trabajar porque mi señora se enfermó de diabetes, y mis hijos apenas nos ayudan con algo; porque también tienen gastos, pero no alcanza. Un vecino me dijo que podía venir y trabajar aquí, y me quedé".
Sin embargo, aun teniendo trabajo, don Leo, como lo conocen, ve desalentador el panorama, ya que desde el jueves pasado el gerente del centro comercial les pidió a él y a otro grupo de 10 adultos mayores, dejar de asistir ante la contingencia por el COVID-19.
"Don Carlos (el gerente) nos dijo que ahorita no podemos ir por el virus, porque somos vulnerables por nuestra edad y algunos están enfermos de diabetes".
El fin de semana, don Leo se enteró de que podrá recibir una ayuda semanal gracias a las propinas de la gente. Personal de su centro de trabajo le comunicó que el próximo viernes podrá pasar por su dinero.
"Ayer vinieron a verme para decirme que me van a dar un apoyo el viernes, que son las propinas que deja la gente que va a comprar sus cosas. Lo que dejan en una caja se va a dividir entre los 11 que trabajamos".
En medio de la tempestad, don Leo ve un rayo de esperanza que le permitirá cumplir para obtener las medicinas de su esposa, sin dejar de cuidar su salud al permanecer en casa.
"¿Qué le digo? Es algo muy bueno entre todo lo que estamos pasando. Ya estamos viejos y no en todos lados nos aceptan o nos ayudan sin ir a trabajar. El viernes iré a ver cuánto nos toca; lo que sea nos ayuda hasta para comer".
En tanto llegue el apoyo, don Leo se apoya en sus hijos y vecinos, quienes les extienden la mano con alimentos, ya que sus escasos recursos económicos no les permiten asegurar un plato de comida diario.