Privados de sus fuentes de alimentación preferidas como plátanos, cacahuates y otras golosinas que les solían dar los turistas ahora ausentes debido a la pandemia, los macacos de la isla turística de Bali, en Indonesia, han recurrido a meterse a las viviendas de los habitantes locales en busca de saciar su hambre.
De acuerdo con medios de comunicación y pobladores de la provincia de Sangeh, en las últimas semanas, los macacos grises de cola larga han estado aventurándose fuera de su santuario situado a unos 500 metros de distancia de sus casas para pasar el rato en los techos y aguardar el momento perfecto para abalanzarse y robar su comida.
Ante esta situación y preocupados de que estas salidas esporádicas se incrementen hasta convertirse en un punto sin retorno, los habitantes decidieron llevar fruta, semillas y otros alimentos al llamado “Bosque de Monos” para tratar de aplacarlos.
“Tememos que los macacos hambrientos se tornen salvajes y violentos por la falta de comida”, dijo Saskara Gustu Alit, habitante local.
Y es que antes de la emergencia sanitaria derivada por el nuevo coronavirus, el Bosque de Monos de Sangeh solía recibir a aproximadamente 6 mil visitantes mensuales, pero conforme la pandemia se fue extendiendo y los viajes internacionales disminuyeron de forma importante, dicha cifra se redujo a unos 500 turistas.