Deambulando en los confines más fríos de Asia central —desde Siberia hasta Irán—, un felino de peso y dimensiones considerables acecha desde las sombras. Hosco, peludo y un acróbata natural entre los peldaños naturales de las sierras nevadas, el manul ha representado un reto a la comunidad científica por lo increíblemente escurridizo que es.
También conocido como gato de Pallas, un manul adulto puede llegar a medir hasta 65 centímetros sin considerar la cola, que alcanza los 35 centímetros de largo. Entre los depredadores de la estepa asiática, se posiciona entre los más letales y certeros. Su apariencia no debería engañar a quien se le acerque: es un cazador experimentado y sigiloso.
Además de vivir en un ecosistema rocoso, en el que muchas veces los recursos son precarios, el manul destaca entre los felinos salvajes por tener un pelaje grueso y suave. Debajo del pelo superficial cuenta con una abundante piel oscura y lanuda, que lo protege del frío extremo de su entorno.
Generalmente, las tonalidades de su pelo varían entre el gris claro y el beige. Sin embargo, también se pueden encontrar algunos con tintes rojizos.
En algunas ocasiones, se presentan rayas tenues a lo largo del cuerpo, que cobran vigor cuando muda de pelo en verano.
El manul habita en el oeste de Irán y diversas partes de Siberia. Sin embargo, estos felinos tienen una población increíblemente fragmentada. Esto ha dificultado el estudio cercano de la especie, que se ha mantenido como un misterio para la ciencia aún en la actualidad.
Estos animales prefieren la estepa, las laderas y los entornos rocosos para poder escalar. Desde las alturas, pueden encontrar a sus presas naturales, mamíferos más pequeños. Generalmente escogen establecer sus madrigueras en rincones inalcanzables, ya que son depredados por animales más grandes. De esta manera, también pueden proteger a sus crías.
En posición de ataque, todo su pelo se eriza, por lo que pierde la forma grácil que generalmente distingue a los felinos mayores. Por el contrario, la cabeza de este animal es más bien chata, y resulta pequeña a comparación del par de ojos amarillos y perfectamente circulares, que lo distinguen de otros gatos salvajes.
En cautiverio, estos animales pueden vivir hasta 12 años. Generalmente, los periodos de gestación de las hembras duran entre 4 y 5 meses, después de un periodo de apareamiento primaveral. A pesar de ser una especie fascinante, no se tiene mucho conocimiento de su comportamiento y conductas, más allá de que es un animal huraño que prefiere llevar una vida en soledad.