“¡Huh-ha-huh! en lugar de “¡Ja ja ja!”. Al igual que los grandes primates, los bebés humanos se ríen básicamente inspirando aire, antes de evolucionar hacia una risa de adulto, más comunicativa, expirando el aire; reveló un reciente estudio.
La idea de comparar las risas de los hombres y animales surgió durante una conferencia en Sicilia, Italia.
Marishka Kret, autora principal del estudio, mostró cómo funcionaba el mecanismo de la risa entre los grandes primates, tomando como ejemplo a los gorilas, orangutanes y chimpancés. La también profesora de psicología cognitiva explicó que los sonidos de esos animales, provocados por cosquillas, eran emitidos a la vez inspirando y expirando el aire, algo parecido a un “huh-ha-huh-ha”.
Fue en ese momento cuando una amiga suya le comentó que cuando su bebé se reía hacía un sonido similar al de los simios. “Me enseñó videos de su hijo, ¡y la similitud era más que evidente! Acto seguido le propuse a una colega experta en vocalización que hiciéramos juntas un estudio”.
Semanas después, un equipo de expertos en neurociencia cognitiva, el cual Kret dirige en la universidad de Leyde en Holanda, llevó a cabo diversos experimentos, cuyos resultados fueron recientemente publicados en la revista Royal Society Biology Letters.
Los investigadores se dedicaron a escuchar diferentes grabaciones de adultos y de bebés humanos de edades comprendidas entre 3 y 18 meses. Posteriormente, midieron la proporción de inspiraciones y expiraciones contenida en los sonidos, para luego evaluar, en una escala de notación, en qué medida les parecían esas risas agradables y contagiosas.
Finalmente, los expertos llegaron a una conclusión: las carcajadas de los bebés más jóvenes surgían en un 50% inspirando aire y otro 50% expirando aire. Una alternancia de “huh” y de “ha” muy parecida a la de los primates.
En cuanto a los adultos, los resultados arrojaron que la risa es producto en un 74% de expiración; es decir, ellos toman aire para luego proferir unos “ja ja ja”, los cuales van perdiendo fuerza paulatinamente.
De acuerdo con Krat, una de las explicaciones por las que los bebés pasan del “hu-ha-hu” al “ja ja ja” es que controlan mal sus capacidades vocales debido a su corta edad. Una vez que ellos las desarrollen progresivamente, adoptarán facultades complejas de lenguaje.