Las equidnas australianas (Tachyglossus aculeatus) son mamíferos ovíparos parecidos a los erizos. A pesar de ser endémico de aquel país océanico, este animalito ha tenido que ingeniárselas para soportar el calor extremo.
Una reciente investigación elaborada por la Universidad de Curtin, en la ciudad de Perth, reveló uno de sus trucos, el cual consiste en hacer burbujas con la nariz.
El documento describe que los científicos, liderados por la doctora Christine Cooper, estudiaron mediante aparatos de visión térmica cómo estos ejemplares consiguen refrescar sus cuerpos cubiertos de púas.
“Observamos una serie de métodos fascinantes usados por las equidnas australianas para adaptarse al calor, que les permite estar activos a temperaturas mucho más altas de lo que se pensaba antes”, señaló la también profesora.
“(las equidnas) Hacen burbujas con la nariz y las explotan para humedecerla. Cuando la humedad se evapora enfría su sangre, lo que supone que la punta de su nariz funciona como una especie de ventana de evaporación”, explicó.
Por su parte, agrega, las espinas y pelaje que cubren su cuerpo les sirven para retener el calor; entonces, utilizan las partes descubiertas bajo el abdomen y las patas en caso de querer enfriarse.
Según el estudio publicado en la revista Biology Letters, las equidnas son los únicos mamíferos, junto con el ornitorrinco, capaces de poner huevos. Por este motivo, la presente investigación podría ser importante al momento de entender la adaptación de los primeros vertebrados.