A menudo, las madres del reino animal exhiben sacrificios extraordinarios en su papel de cuidadoras. Desde las profundidades del océano hasta las vastas llanuras africanas, la maternidad implica desafíos y riesgos significativos para diversos ejemplares. Y es que las hembras no sólo enfrentan peligros para garantizar la supervivencia de sus bebés, pues muchas veces sacrifican su propio bienestar y su alimentación hasta morir de hambre.
Con motivo de esta importante fecha, a continuación te presentamos 5 especies que darían la vida por sus crías:
1.- Pulpos: Las hembras desempeñan un papel crucial tanto en la incubación como en la protección de sus huevos. Durante ese periodo, permanecen cerca de ellos, ventilándolos y defendiéndolos de depredadores. Este nivel de compromiso es tal que las lleva a renunciar a su propia alimentación, priorizando en todo momento la seguridad de su descendencia.
2.- Osos polares: En el despiadado paisaje del Ártico, las osas polares enfrentan desafíos monumentales en la crianza de sus oseznos, que van desde invertir largos periodos de tiempo y energía en la caza hasta pasar semanas sin alimentarse ni beber nada con tal de amamantar a su amado bebé.
3.- Orcas: Conocidas por su fuerte vínculo familiar, las orcas hembras suelen dedicarle años a la crianza, con el objetivo de que todas las crías jóvenes se independizen cuando alcancen la adultez.
4.- Gacelas: En las vastas llanuras africanas, las mamás gacelas sufren constantes amenazas por parte de depredadores como leones y guepardos. Cuando sus cachorros nacen, ellas los dejan solos, pero de lejos vigilan su comportamiento y cuidan de ellos.
Sin embargo, ante cualquier señal de peligro, las gacelas son capaces de sacrificar su propia vida, ya que permanecer lejos de los recién nacidos les da tiempo para distraer a los enemigos y permitir que escapen.
5.- Araña social africana: Este singular arácnido deja que sus crías se los devoren lentamente al producir un fluido muy nutritivo.
Un dato curioso es que sólo el 40% de las hembras se reproducen, madurando más lentamente que los machos. Por tal razón, las arañas sin descendencia también participan en los cuidados.