Conforme más personas reciben una vacuna contra el Covid-19, millones de jeringas, agujas y frascos son desechados en todo el mundo.
Ante el crecimiento de los programas de vacunación en varios países, expertos en manejo de residuos médicos expresan su preocupación ante el abrumador volumen de desechos.
Según la compañía OnSite Waste Technologies, vacunar a toda la población de Estados Unidos requeriría tantas agujas que si se colocaran una tras otra, podrían dar casi dos vueltas al planeta.
"Una pandemia inesperada demostró que el mundo no tiene la infraestructura necesaria para hacer frente a un incremento en los desechos", consideró Carlos Filho, director de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA, por sus siglas en inglés).
En el centro de Portugal, por ejemplo, los camiones que transportan los residuos de los centros de vacunación abarrotan un almacén con incineradores. Cargan botes marcados con la leyenda "residuos peligrosos".
El país europeo sólo cuenta con dos instalaciones para incinerar residuos médicos. Hasta ahora, ha podido manejar estos desechos provenientes de su programa de vacunación, pero la capacidad de estos centros es un problema estructural en todas partes, de acuerdo con Filho.
Suez, una empresa de Francia, es una de las firmas de manejo de residuos más grandes del mundo. Del 2019 al 2020, el volumen de residuos médicos que procesaron en sus plantas de los Países Bajos se triplicó.
Stericycle, compañía que opera en Estados Unidos y Reino Unido, dijo que vio un incremento sin precedentes.
En México, hasta el 26 de junio del año pasado, se estimó que la generación de residuos sólidos (médicos y no médicos) aumentó entre un 3.3 por ciento y un 16.5 por ciento, apunta un reporte del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).
En países de bajos ingresos, la recolección de residuos médicos está menos regulada, así que con frecuencia terminar en tiraderos a cielo abierto o en sitios irregulares de incineración. Ambos escenarios representan un riesgo para la salud pública y el medio ambiente.
"Es una bomba de tiempo que tendrá un impacto terrible en la salud de las personas. No podemos aceptar que los residuos de la vacunación se envíe a lugares no aptos", comentó Filho.
Si bien el manejo de residuos médicos despierta preocupación, también ha detonado la innovación. OnSite Waste Technologies, por ejemplo, creó un dispositivo del tamaño de un escritorio que puede derretir las jeringas y agujas para convertirlas en pequeños ladrillos no infecciosos.
En marzo, un estudio publicado en "The Journal of Climate Change and Health" propuso hacer la vacunación más amigable con el medio ambiente a través de usar materiales fáciles de reciclar en las jeringas y los frascos.