Es inevitable: el chisme le encanta a todo el mundo. No importa si no conoces a los involucrados o si el hecho en cuestión no te afecta, a las personas nos gusta escuchar este tipo de historias.
Sin embargo, circulan en la web videos que muestran cómo perros y gatos también se interesan por lo que ocurre fuera de casa, incluso adoptando divertidas poses que les ayudan a no perderse ningún detalle. Pero…¿en verdad las mascotas pueden ser adictas al chisme?
La idea de que estos animalitos sientan interés por situaciones externas parecería una simple proyección humana, pero no deja de ser un tema tanto intrigante como curioso. Y es que quienes cuidan de un ejemplar son testigos de cómo éste corre hacia la puerta cuando escucha una voz extraña; se asoma constantemente a la ventana como si quisiera enterarse de lo que ocurre afuera; o se sienta en lugares específicos desde los que pueden observar todos los movimientos.
De acuerdo con Gary Landsberg, médico de la Clínica de Comportamiento Veterinario del Norte de Toronto, Canadá, este aparente “gusto por el chisme” no tiene que ver con el tipo de interacción social propia de los seres humanos, sino con su interés natural por el entorno.
“En el caso de los perros, su comportamiento puede responder a diversas razones: buscan estimulación visual, defienden su territorio, se aburren o intentan socializar de manera pasiva”, señala el experto.
“Por su parte, los gatos muestran un interés particular por las interacciones entre personas, ya que tienen la capacidad de distinguir cuando se les habla directamente y cuando no”, añade.
Pese a lo anterior, Landberg afirma que, tanto en caninos como mininos, la motivación que impulsa esta conducta no radica en el deseo de “enterarse de los chismes, sino en otro factor más profundo y biológicamente significativo.
La verdadera explicación detrás del supuesto “gusto por el chisme” en estas mascotas se relaciona con un fenómeno conocido como escucha clandestina o eavesdropping. Se trata de un término empleado en la etología para describir la habilidad de ciertos animales para captar y utilizar información que no va dirigida hacia ellos, pero que, quizá, les resultará útil para su supervivencia y/o adaptación al entorno.