Los perros lo hacen, los gatos lo hacen, los ratones lo hacen y hasta las hormigas lo hacen. Todo tipo de animales aplican saliva en sus heridas mientras que nosotros también lo hacemos como algo instintivo.
Y es que tal vez de pequeño lo hayas intentado, a pesar de que el sabor de la sangre no le atrae a la mayoría de las personas. Entonces, ¿se trata de eso, de un gusto no desarrollado? ¿Por qué otros seres sí son capaces de realizar esta práctica?
De acuerdo con Benjamin Hart, veterinario jubilado y profesor de la Universidad de California, en Estados Unidos, la respuesta a este gesto radica en las propiedades curativas de dicho fluido, así como en las acciones auto-calmantes de lamerse.
“Lamerse las heridas es una respuesta instintiva, que ha sido perfeccionada por la selección natural. Está comprobado que puede aliviar la irritación, el dolor e incluso ayudar a que las lesiones se recuperen de manera más rápida”, explica en un artículo para la revista Live Science.
A través de una investigación, Hart descubrió que la saliva de algunos animales, incluidos los humanos, cuenta con propiedades antibacterianas y promueven el crecimiento de tejidos y nervios que aceleran la curación de pequeñas fisuras en el cuerpo.
En el caso específico de los perros, señala, “al momento de tener una herida, obtienen el instinto de lamerla, mantenerla limpia y lavar la suciedad y la mugre”.
“Se trata de una inercia tan aprendida como la de frotarse el pie después de golpearnos con la esquina de un mueble. Tan sencillo como que todos sentimos el dolor, y por tanto, la necesidad de calmarlo”, agrega.
Sin embargo, la idea de lamerse es tan buena como mala, pues este gesto beneficioso puede convertirse en algo poco seguro, sobretodo porque el pasar la lengua sobre la piel abierta podría aumentar el riesgo de una infección.
Hoy en día, que tu mascota se lama una herida provocaría más daño que bien. De hecho, lamer una herida quirúrgica puede afectar o arruinar las suturas, haciendo que la pequeña lesión se convierta en un gran desastre.
“Las cosas que evolucionan no son 100% correctas, tienen que ser útiles el 75% del tiempo o el 50% del tiempo, y aún así serán mantenidos por la selección natural, porque es mejor que nada. De esta forma, sí sigue siendo la mejor alternativa para los animales salvajes”, concluye el especialista.