Cada 4 de octubre, miles de personas católicas en México acuden a su iglesia más cercana con la finalidad de que su querida mascota reciba la bendición. Pero, ¿a qué se debe esta costumbre?
En el marco de la conmemoración a San Francisco de Asís, esta bendición se relaciona con los pasajes religiosos narrados por iglesias cristianas y católicas, los cuales explican que él dejó sus bienes y riqueza para vivir en la humildad y la simpleza.
“Cuando Francisco hablaba, todos escuchaban, incluyendo a los animales. Les dijo a los animales que Jesús también los había amado”, se lee.
La historia más importante de San Francisco de Asís, quien vivió en Italia en el siglo XII, guarda relación con un poblado en el que existía un lobo que asustaba a todas las personas y animales.
Al poder comunicarse con él, San Francisco de Asís le dijo que “estar hambriento no era razón suficiente para comer personas y mascotas”. Por ello, el lobo se hizo dócil, al grado de que, con el paso del tiempo, los ciudadanos le daban de comer y lo cuidaban.
Con base en este relato, diferentes iglesias de nuestro país aprovechan para bendecir a las mascotas, así como a todos los animales que brindan algún servicio.
Es importante mencionar que, en algunos casos, esta tradición no se realiza justo el 4 octubre, sino en fines de semana, en los que la gente cuenta con más tiempo para llevar a sus animales de compañía a los centros religiosos.
Prueba de ello es que el pasado sábado 2 de octubre, alrededor de 300 personas se reunieron en una iglesia ubicada en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, con el propósito de rociar con agua bendita a sus queridos amigos de cuatro patas y así protegerlos tanto del peligro como de la desgracia.