Que divertido es salir con tu perro a dar un paseo; él se la pasa corriendo, olfateando y marcando territorio con orina y popó, pero…te has preguntado ¿por qué a tu canino a veces le gusta comerse sus propias heces?
A este extraño pero común comportamiento, los especialistas de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootécnica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lo denominan como “coprofagia”.
Lo primero que debemos saber es que esta acción resulta más común de observar en cachorros que en ejemplares adultos, y sus causas están ligadas con diferentes factores como problemas digestivos; mala nutrición; falta de alimento; ataques de ansiedad; aburrimiento; o mera curiosidad.
De acuerdo con los expertos de la UNAM, la coprofagia canina es una clara señal de que nuestra mascota tiene problemas de salud, ya que las heces consumidas pueden estar contaminadas con bacterias, hongos o parásitos malignos.
Afortunadamente, los especialistas aseguran que este tipo de comportamientos pueden tratarse existosamente con un especialista en etología.
Por este motivo, recomiendan a los dueños que no golpeen ni castiguen a sus mascotas en caso de que presenten este tipo de problemas conductuales.