La ciudad de Yulin, en la región de Guanxi, China, dio por iniciado esta semana su polémico Festival Anual de la Carne de Perro, en medio de la prohibición y las advertencias sobre los riesgos para la salud que conlleva su consumo.
Pese a la actual pandemia de coronavirus y a que desde hace algunos meses entró en vigor una ley que prohibe la venta de carne de perro en restaurantes, mercados y otros comercios del país, este evento continúa celebrándose en el mercado “Dashichang”, de Yulin, donde se amontonan jaulas con perros y gatos para ser sacrificados.
Esta fiesta anual comenzó el pasado domingo, coincidiendo con el solsticio de verano, y durará una semana. Como es habitual, los animales sacrificados se acumulan en los mostradores de las carnicerías.
Afortunadamente, parece que el COVID-19 salvará la vida de algunos de esos animales. Y es que a raíz del inicio de la epidemia, se han reforzado las leyes sobre el comercio de animales, debido a que un mercado de Wuhan fue señalado como el principal punto de propagación al vender animales vivos.
En este contexto, muchos defensores de los animales han creado refugios en el país asiático para rescatar a estos animales indefensos. Los militantes por esta causa han salvado a centenares de perros organizando redadas en los mataderos o interceptando camiones cargados de ellos.
Por su parte, usuarios de redes sociales también han abogado por la prohibición de esta festividad, argumentando que el evento no tiene nada que ver con el solsticio de verano.