Un día lleno de tensiones y problemas puede alterar el descanso de cualquiera, y los perros no son la excepción.
De acuerdo con un nuevo estudio elaborado por la Universidad Eötvös Loránd, Hungría, las situaciones preocupantes no sólo afectan el comportamiento de los caninos, sino que también disminuye significativamente su calidad de sueño.
Para llegar a esta conclusión, el equipo que lidera la Dra. Anna Kis involucró a 16 ejemplares de diferentes razas en un experimento, para el cual diseñaron un protocolo a fin de evaluar cómo distintas experiencias afectaban la calidad del sueño de los animales.
Los peludos fueron divididos en dos grupos: uno que pasó por situaciones agradables y otro que enfrentó experiencias negativas antes de dormir. Tras ello, su actividad cerebral fue monitoreada mediante electroencefalogramas, revelando que los participantes sometidos a estrés se durmieron en aproximadamente 10 minutos, mientras que aquellos que jugaron tardaron unos 20 minutos en conciliar el sueño.
Si bien ambos grupos durmieron un tiempo similar, la calidad del descanso fue marcadamente distinta: los perros estresados obtuvieron entre 40 y 50 minutos de sueño profundo, frente a los 60 minutos que lograron los perros del grupo positivo.
“La alteración continua del sueño provoca consecuencias significativas para la salud de los perros. Aunque una noche de mal descanso no representa un problema grave, una falta de sueño prolognada puede tener efectos negativos en su bienestar: desde una menor capacidad para consolidar recuerdos hasta mostrarse más agresivos con quienes los rodean”, expuso Kis.
“Nuestros hallazgos posicionan a los perros como una especie que, al igual que nosotros los seres humanos, procesa de manera emocional sus experiencias, lo cual influye directamente durante su descanso”, concluye.