Hasta hace poco, conseguir un cachorro en Europa, sin registro ni garantías de bienestar animal, resultaba de lo más sencillo. Mientras en Bélgica sólo es posible adquirir un perro o gato en criaderos profesionales a precios elevados, en otros países como Alemania o Polonia existen numerosas granjas donde los ejemplares son ofrecidos al por mayor.
Este comercio informal, el cual representa casi el 80% de las ventas de mascotas en la Unión Europea (UE), infló durante años un mercado lucrativo y carente de regulación. Sin embargo, este fin de semana la Eurocámara dio un importante paso para cambiar esta situación, luego de aprobar, por amplia mayoría, una ley pionera que establece normas comunes para la cría, identificación y oferta de animales de compañía en todo el bloque comunitario.
Con esta medida, la institución buscará no sólo combatir el tráfico ilegal de caninos, mininos e incluso especies exóticas, sino también proteger su bienestar, al mismo tiempo de armonizar los requisitos entre los Estados Miembros y ofrecer garantías tanto a los futuros dueños como a los criadores responsables.
“Era inaceptable que cualquiera pudiera criar animales en su granja u hogar sin control alguno. Hay un gran beneficio económico detrás y, en ese esquema, siempre terminan perdieron los animales y los criadores profesionales que sí cumplen la ley”, señaló Alberto Díez, portavoz de la Eurocámara.
“Precisamente, el nuevo reglamento cerrará esos vacíos, sobretodo en el comercio transfronterizo. El mercado es común y, como tal, no se puede dejar sin reglas claras”, aseguró.