Aprender a leer lo que tu perro te dice, a través de diversos gestos, es quizá uno de los grandes retos que como dueño enfrentas en el día a día. Y es que esta tarea puede llevarte varias semanas o incluso meses, dependiento del comportamiento de tu mascota y de la química establecida de manera mutua.
Si aún tienes problemas para descifrar lo que tu compañero peludo necesita, un grupo de expertos de la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM) publicó los siguientes consejos que, sin duda, pueden ser de gran ayuda.
Al respecto, Yunuen Barrera, del Hospital de Fauna Silvestre y Etología Clína, dice: “Hay muchísimos tipos de lenguaje corporal, unos que podemos identificar más fácilmente que otros”.
“Es importante conocer en conjunto toda la comunicación visual y auditiva de los perros; si es un ejemplar que está comportándose normal o hay algo o ciertos estímulos que le causan conflictos”, añade Gabriela Constantino, especialista de la misma institución.
Relajamiento: Un perro se encuentra relajado cuando se sienta o echa al suelo con la boca ligeramente abierta, y con las orejas y toda la musculatura libre de tensión. En ocasiones, también suele respirar.
Alerta: Por el contrario, la señal de que tu mascota está alerta es cuando mueve su oreja hacia el estímulo que llama su atención, y volteará en repetidas ocasiones hacia ese mismo lugar. Mientras que si está parado en cuatro patas, dirigirá la cola.
Miedo: Cuando un peludo tiene miedo, evade la mirada de lo que teme y lo verá de reojo. También es probable que ponga la cola entre las patas traseras, pegue las orejas hacia la cabeza y tiemble.
Felicidad: Según los expertos de la UNAM, la señal inequívoca de la felicidad de un perro se encuentra en la frecuencia y las ganas con que mueve su cola cuando observa a una persona.
Gemidos de tristeza: Los lloriqueos o gemidos de tristeza pueden ser interpretados como formas de “pedir” algo, como atención o comida. Sin embargo, algunas razas pueden llorar como reacción al estrés y/o dolor.
Como último consejo, Barrera y Constantino recomiendan a los propietarios acudir con un etólogo, especialista de la biología y psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales en sus medios naturales, de libertad o condiciones de laboratorio.