El pasado jueves 3 de noviembre se cumplieron 65 años de un hecho que, sin duda, marcó la historia de la humanidad y que fue protagonizado por una perrita.
Así es, nos referimos a “Laika”, el primer ser vivo que viajó al espacio exterior en la nave Sputnik 2 como parte del programa espacial soviético.
Esta canina, cuyo nombre original era “Kudryavka”, fue encontrada vagando por las avenidas de Moscú. Y es que los científicos a cargo del proyecto optaron por utilizar animales callejeros, ya que asumían que éstos habían aprendido a soportar las condiciones extremas de frío y hambre.
Tras una serie de pruebas exitosas, la nave Sputnik 2 fue puesta en órbita alrededor de la Tierra en punto de las 02.30 UTC el 3 de noviembre de 1957. Se trataba de una cápsula cónica de 4 metros de alto con una base de 2 metros de diámetro, la cual contenía varios compartimentos destinados a guardar transmisores de radio; un sistema de telemetría; una unidad programable; un sistema de control de regeneración; e instrumental científico.
Por su parte, dentro de una cabina sellada y separada del resto viajaba “Laika”, con aproximadamente 6 kilogramos de peso. Ahí, la perrita podía estar acostada o de pie, mientras que un sistema regenerador de aire le proveía de oxígeno.
Un primer informe telemétrico temprano indicó que la canina estaba agitada en el espacio pero comía. Sin embargo, en octubre del presente año, se reveló por fuentes rusas que “Kudryavka” había muerto a las pocas horas del lanzamiento debido al sobrecalentamiento y el estrés.
Pese a ello, la misión suministró a los expertos los primeros datos del comportamiento de un organismo vivo en el medio espacial.