Los remolinos de pelo, técnicamente conocidos como verticilos capilares, son un fenómeno fascinante presente en la anatomía de algunos perros, los cuales aparecen en diferentes posiciones, como la zona del pecho, los codos, las axilas y la porte posterior de los muslos.
Para los dueños de mascotas, esta característica no pareciera significar la gran cosa; sin embargo, la ciencia asegura que los remolinos ofrecen una ventana a la comprensión más profunda de la biología y el comportamiento de los caninos.
Según los estudios realizados hasta la fecha, la dirección de los verticilos y su forma se encuentran relacionados con el temperamento de cada ejemplar, así como con su respuesta al estrés.
Pero no sólo eso, ya que la investigación más exhaustiva sobre la presencia de remolinos en perros llegó a afirmar que la mayoría de estos animales comparten la presencia de espirales de pelo en las patas delanteras, a la altura de los codos y axilas.
Otro dato a considerar es que ningún individuo doméstico suele mostrar remolinos en la espalda; no obstante, sí que existen algunas razas raras que cuentan con una “cresta” de pelo, la cual crece en dirección opuesta al resto en la espalda, entre ellas la Rhodesian ridgeback, Phu quoc ridgeback vietnamita y Ridegback tailandés.
Aunque la función o relación exacta de los remolinos de pelo en los perros todavía no está completamente comprendida, hay ciertas hipótesis interesantes. La más interesante de ellas indica que, estadísticamente, los ejemplares diestros con un remolino en sentido antihorario en el pecho o tórax tenían el doble de posibilidades de finalizar un programa de adiestramiento para perros guía.
Hoy día, la investigación continúa, y para sorpresa de muchos, promete desvelar aún más secretos sobre cómo estos patrones capilares únicos en los perros se encuentran conectados con su genética, comportamiento y habilidades.