Existen tareas básicas que la mayoría de los caninos pueden realizar sin ningún problema; éstas van desde saber horarios de comida y perseguir pelotas, hasta salir a pasear e identificar aquellos espacios en donde pueden hacer del baño. Sin embargo, hay casos especiales. Un estudio reciente por parte de la Universidad Eotvos Lorand de Budapest, Hungría, asegura que sí existen los “perros genio” y que tienen la misma capacidad de reconocer y aprender que un niño de tres años de edad.
Claudia Fugazza, etóloga que estudia la cognición del perro, se dio cuenta de que no había estudios serios respecto a la inteligencia de los canes domésticos. Más aún, que las pruebas realizadas en el pasado no contaban con la solidez necesaria para ser consideradas como muestras significativas. Para revertir esta situación, la científica decidió investigar el asunto a profundidad.
Durante toda su carrera, Fugazza ha afirmado que los perros, así como otros animales de compañía, tienen la capacidad de “leer expresiones faciales y comprender lo que decimos”. Uno de los casos más famosos es el de Chaser, un Border collie estadounidense que podía reconocer más de mil sustantivos, mismos que relacionaba con juguetes y objetos diferentes de manera correcta.
No obstante, la experta junto con el equipo de la universidad tenían claro que este tipo de casos aislados no eran suficiente. Con esta premisa en mente, fundaron el Family Dog Project, en el que invitaron a 34 familias con perro en casa de diversas razas a participar. Para ello, les pidieron que enseñaran a sus perrunos dos nombres separados para dos juguetes diferentes. Para su sorpresa, los resultados obtenidos no fueron los esperados.
Y es que únicamente “Olivia”, una perrita de raza Border collie, logró pasar la prueba. “Sus habilidades significan que el talento debe ser algo especial”, escribió Fugazza en su artículo para la revista Scientific Reports.
“Ninguna de las razas aprendió nada. Fue una gran sorpresa”, confesó la líder del proyecto. Sin embargo, para que el estudio fuera aún más sólido, pidió a su equipo de trabajo que lo probara con otros 6 ejemplares, esta vez de la misma raza (Collie border) que ya podían reconocer algunos juguetes por su nombre. Al final, todos lograron pasar la prueba después de tres meses.
Posteriormente, la investigación se amplió hasta 33 ejemplares, de los cuales, sólo 18 alcanzaron los resultados deseados. Esto sirvio como evidencia para afirmar que, incluso en esta raza, no todos pueden ser considerados como perros genio; por el contrario, al igual que sucede con las personas, la variación en la inteligencia es individual.
El siguiente paso en la agenda de investigación de Fugazza y el resto de expertos es rastrear los orígenes genéticos de estas cogniciones revolucionadas. “Es una cuestión que vale la pena investigar”, asegura la científica.