Hoy en día, los perros ya son bienvenidos en la mayoría de los restaurantes; pero, en “Dogue”, una nueva y exclusiva cafetería de Nueva York, los clientes de cuatro patas son los únicos que se deleitan.
Dogguchinos de crema con infusión de carbón de coco y tartar de filet mignon son algunas de las opciones que ofrece la exquisita apuesta culinaria del chef Rahmi Massarweh, quien espera conquistar hasta al más caprichoso paladar canino.
Sin embargo, el platillo estrella del también dueño de “Dogue” es sin duda el Paw-tisserie, un delicado e impecable pastel que añade flores y figuras en tonos llamativos, así como ingredientes orgánicos para todas las razas de perros.
“Aquí en `Dogue´, siempre decimos que la comida entra primero por los ojos, y cuando se trata de comida para perros, el objetivo es hacerla atractiva”, comenta Massarweh.
De acuerdo con el cocinero, la inspiración para este nuevo restaurante vino de un Mastín inglés que él y su esposa tuvieron en 2010, al cual no le gustaba la comida que le compraban en la tienda.
Tomando en cuenta esta situación, Massarweh hizo uso de su conocimiento gastronómico para crear platillos artesanales con ingredientes frescos y de temporada.
Por otra parte, el nombre “Dogue”, explica, es una especie de homenaje a sus raíces en la cocina clásica francesa, y al mismo tiempo, un guiño al mejor amigo del hombre.
“Los perros son increíbles porque lo que ves es lo que tienes ¿cierto? Si les gusta, les gusta. Si no, no hay nada que se pueda hacer; simplemente no se lo van a comer”, concluye el chef.