Un costoso juguete nuevo puede pasar desapercibido ante los ojos de un gato; sin embargo, una caja podría convertirse rápidamente en su objeto de deseo.
Durante mucho tiempo, esta preferencia ha resultado desconcertante para muchos dueños. Por tal motivo, la comunidad científica cree que más allá del juego, tiene raíces profundas tanto en la evolución como en el comportamiento felino.
En un nuevo estudio publicado por la revista Popular Science, un equipo de investigadores de la Universidad de Purdue (Estados Unidos) explicó que la atracción de los mininos por las cajas responde a necesidades instintivas de seguridad, control y bienestar, aspectos que son clave para entender su convivencia dentro del hogar.
“Todos lo gatos, independientemente de su personalidad o nivel de energía, pueden beneficiarse de una caja bien ubicada. Este comportamiento se relaciona de manera directa con su instinto de caza, ya que en la naturaleza, suelen buscar refugios, como arbustos o rincones, para acechar a sus presas y protegerse de posibles depreadores”, apuntó Mikel Delgado, autora del trabajo.
“Incluso en ambientes domésticos, las cajas simulan estos escondites naturales y permiten a los felinos observar y lanzarse sobre sus presas, en este caso, juguetes e incluso los pies de sus dueños”, agregó.
La tendencia a buscar lugares cubiertos y discretos, además, se manifiesta desde los primeros días de vida del animal. Según la experta, las madres eligen zonas tranquilas y cerradas para dar a luz, de modo que la primera experiencia de los gatitos bebés es la seguridad de un espacio protegido.
Prueba de ello es que otros estudios han demostrado que los ejemplares rescatados muestran una reducción significativa de las hormonas del estrés, como el cortisol, cuando tienen acceso a cajas tras llegar a una nueva casa.