La domesticación del perro cambió su apariencia, pero también su mente, afirma una investigación estadounidense que ha comparado a canes con cachorros de lobo.
El estudio a cargo de la Universidad de Duke y publicado por la revista científica Current Biology, señala que la habilidad que tienen los perros para comprender los gestos humanos puede, a simple vista, parecer poco notable; sin embargo, resulta una habilidad cognitiva compleja que es rara de observar en el reino animal. Ejemplo de ello es que los parientes más cercanos al hombre, los chimpancés, no cuentan con dicha habilidad, mucho menos los lobos.
Para llegar a esta conclusión, el estudio se dio a la tarea de comparar a 44 perros y 37 cachorros de lobo que tenían entre 5 y 18 semanas de edad.
En el Centro de Ciencias de la Vida Silvestre en Minnesota, los cachorros de lobo fueron probados genéticamente por primera vez para asegurarse de que no fueran híbridos (lobo-perro). Posteriormente, éstos fueron criados con ayuda de mucha interacción humana; incluso, fueron alimentados con las manos y durmieron en la misma cama de sus cuidadores.
En el análisis, los especialistas escondieron una golosina en uno de dos tazones y luego, le dieron a cada perro o cachorro de lobo una pista para ayudarlos a encontrar la comida. Durante algunos ensayos, los investigadoras señalaban y miraban en la dirección en la que se ocultaba la comida, mientras que en otros, colocaron un pequeño bloque de madera al lado del lugar correcto, un gesto simple pero que los cachorros nunca habían visto antes.
De acuerdo con los expertos, los resultados fueron más que soprendentes, ya que, sin un entrenamiento específico, los cachorros de perro, de tan sólo ocho semanas de edad, ya entendían a dónde ir y tenían el doble de posibilidades de resolver el acertijo que los cachorros de lobo, de la misma edad, que habían pasado mucho más tiempo conviviendo con personas.
Brian Hare, el autor principal del análisis, señaló que la investigación ofrece algunas de las pruebas más sólidas hasta ahora de lo que se conoce como la “Hipótesis de la domesticación”.
“Los cachorros de perro y los cachorros de lobo demostraron ser igualmente hábiles en las pruebas de otras habilidades cognitivas, como la memoria o el control de los impulsos motores. Solo en lo que respecta a las habilidades de lectura de personas de los cachorros, las diferencias se hicieron muy evidentes”, explica.