La temporada de lluvias llegó a México, y, con ella, las condiciones favorables para la reproducción de millones de mosquitos. Tan sólo en nuestro país existen alrededor de 225 especies registradas de este insecto, entre las que destacan los géneros Culex, Aedes y Anopheles, siendo los mosquitos que se caracterizan por transmitir enfermedades a algunos animales y humanos.
Si bien, en los últimos años han existido campañas para prevenir enfermedades transmitidas por estos animales, como el dengue, el zika o el chikungunya, pocos saben que las picaduras de mosquitos también son capaces de transmitirle a las mascotas una enfermedad llamada Dirofilaria immitis o “Gusano de Corazón”, patología que afecta principalmente a los perros, pero también se puede hacer presente en gatos, lobos, coyotes, entre otros.
Dicha enfermedad, caracterizada con este nombre, se desarrolla cuando, al picar al animal en cuestión, los mosquitos transfieren larvas en su etapa de estado reproductivo, provocando que se conviertan en gusanos y que se alojen en el corazón de nuestras mascotas, llegando a ocasionar, desde insuficiencias cardiacas, hasta un paro del corazón.
Los veterinarios advierten que, en primera instancia, la mascota no mostrará síntomas visibles, pero con el paso de los meses comenzarán a evidenciarse, siendo la fatiga, la falta de apetito y la incapacidad para respirar los síntomas más comunes.
Cabe mencionar que en el caso de los perros, estos no poseen la capacidad de transmitir la enfermedad a los seres humanos. Las personas únicamente podemos contraer la infección si somos picados por un mosquito similar y que, a diferencia de nuestras mascotas, en nosotros la larva no llegará a desarrollarse.
Como sucede en casi todos los casos, la prevención es la mejor opción para mantener a salvo a nuestras mascotas. Para ello, desparasitantes de amplio espectro contra amenazas externas como pulgas, garrapatas y ácaros son ideales.