En el mundo de los perros existe una enfermedad llamada atrofia progresiva congénita de la retina, la cual es capaz de dejar ciego a un ejemplar desde su nacimiento.
Como sabemos, la retina representa una zona bastante sensible del ojo, pues se encuentra llena de arterias. Por este motivo, en algunos casos se produce la atrofia de esa retina, que se detecta debido a la menor cantidad de arterias que surcan a la misma, hasta que no tiene ninguna.
Tal y como su nombre lo indica, esa atrofia progresiva congénita de la retina puede provocar que el animal nazca sin el sentido de la vista, lo cual, a la larga, hará que se sienta malhumorado e inseguro, pues durante toda su vida se basará exclusivamente en su olfato y en la capacidad auditiva.
Por fortuna, el perro es un animal olfativo y de quedarse ciego memorizará olfativamente la ubicación de los objetos y muebles de la casa, deambulando entre ellos sin mostrar la más mínima dificultad.
Sin embargo, un diagnóstico preciso y temprano realizado por un especialista siempre será fundamental para detectar esta y otras condiciones.