Durante mucho tiempo, la creencia popular nos ha hecho pensar que los gatos son animales independientes y distintos; sin embargo, cuando están con sus dueños, suelen seguirlos por toda la casa: desde la sala hasta la ducha.
Para Juan Enrique Romero, ex director del Hospital Escuela de Animales Pequeños, en Argentina, lo anterior es producto de un fuerte lazo de lealtad y confianza. Y es que los felinos domésticos pueden ver a sus propietarios como “padres”, aunado a que están necesitados de contacto humano y un vínculo estrecho para ser felices.
Sin embargo, el especialista señala que detrás de dicho comportamiento existen otras posibles razones.
En primer lugar, los gatos son felinos, y su instinto cazador está profundamente arraigado a su ADN. Por ello, el correr, cazar y patrullar son conductas inherentes a su naturaleza.
Otro motivo a considerar es el cariño del ejemplar hacia su dueño o familia, pues seguir a sus personas favoritas representa una manera de fortalecer los lazos afectivos, sociables y cariñosos. En ese sentido, aquellos más jóvenes resultan especialmente propensos a permanecer detrás con el objetivo de buscar la atención humana, pues, a menudo, esta actividad no obedece a una necesidad física, sino más bien a una necesidad psicoafectiva.
El juego y la curiosidad son otros factores que también influyen en este comportamiento. Como mencionamos antes, los gatos son cazadores por naturaleza, y seguir a sus propietarios puede ser una forma de juego, en el que simulan una cacería. Además, al caminar, exploran su entorno, buscando nuevos estímulos que los mantengan entretenido.