Sin duda, la tecnología día con día avanza a pasos agigantados y eso nos otorga muchas facilidades durante nuestras vidas. En los últimos años ha revolucionado nuestro mundo, pero también el de las mascotas.
Un buen ejemplo de ello es la creación de microchips, los cuales sirven para tener registrados y ubicados a nuestros queridos animales de compañía. Este dispositivo que se introduce debajo de la piel en la zona del cuello, es de un tamaño muy pequeño y tiene registrado un número de identificación.
Este número sirve como una especie de identificación oficial. Lo mejor de todo es que cualquier veterinario e incluso la policía, puede acceder a dicho código a través de una base de datos. De esta manera, se vincula ese número con los datos personales del dueño: nombre, dirección y teléfono.
Sin embargo, aunque la palabra “chip” nos lleve a pensar que este mecanismo pueda tener localizada a nuestra mascota de manera inmediata, la realidad es que no funciona así; ya que estamos hablando de identificación, mas no de localización.
Y es que estos microchips son autonómicos; es decir, que aquellos profesionales y expertos que intenten acceder a los datos que guarda ese número deben coincidir con la misma comunidad autónoma del perro o gato. Dependerá de cada persona que se pueda acceder a otras bases de datos de manera externa.
Recomendaciones para las mascotas con microchip
- De preferencia, la mascota debe de ser un canino o un minino; debido a que sí se trata de otra especie, resultaría muy complicado implantar el chip.
- A pesar de que la mascota cuente con un microchip, él o la dueña siempre debe traer consigo documentos de identificación.
- Los datos relacionados al dueño y la mascota siempre deben estar actualizados.