Fue a principios de marzo cuando expertos de la Facultad de Higiene y Medicina Tropical de Londres y de la Universidad de Durham, en conjunto con la ONG Medical Detection Dogs, plantearon un interesante y esperanzador proyecto que ayudaría a determinar si los perros son capaces de detectar posibles casos de COVID-19 a través de su sentido del olfato.
Si bien, al principio la idea sonaba un tanto descabellada, meses después, las pruebas de este experimento comenzaron a dar frutos, pues cada vez era más alta la posibilidad de que los caninos lograran olfatear el coronavirus, lo que significaría una alternativa más rápida y económica que las pruebas convencionales.
Durante julio, investigadores de la Universidad de Medicina Veterinaria de Hannover, Alemania, reforzaron aún más esta posibilidad al descubrir que estos animales eran capaces de distinguir muestras de saliva de personas infectadas con el nuevo coronavirus en un rango de efectividad del 94%.
Esta situación provocó que muchas instituciones y personas iniciaran el entrenamiento de perros, algo que eventualmente ha provocado que, hoy en día, ya existan aeropuertos donde los perrunos se encargan de detectar posibles nuevos casos de COVID-19 con tan sólo oler una pertenencia o el sudor del pasajero. Tal es el caso del aeropuerto de Helsinki, Finlandia, el cual, desde el pasado 23 de septiembre, ya cuenta con dos perros que se encargan de inspeccionar a los pasajeros, mismos que tendrán que pasar por una prueba que dura alrededor de un minuto.
Dicha prueba consiste en que los pasajeros que llegan del extranjero se limpien el sudor del cuello con una toalla especial, la cual deberán depositar en una caja. Posteriormente, los adiestradores de perros colocarán las cajas entre latas que contienen distintos aromas para que los perros las inspeccionen. En caso de que alguno de los canes detecte un positivo de COVID-19, el pasajero será trasladado al centro de salud del aeropuerto para determinar su situación.
A pesar de que lo anterior solamente se trata de un programa piloto, si los resultados de las próximas semanas resultan favorables, las autoridades finlandesas evaluarán comenzar a entrenar a más perros y replicar este método en otros sitios.