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Publicado en ECO

Olaf, primer sapo in vitro en Puerto Rico

Domingo, 24 Noviembre 2019 11:38 Escrito por 

Un sapo puertorriqueño en peligro de extinción nació por primera vez mediante fertilización in vitro en un intento de los científicos estadounidenses por evitar su desaparición, anunciaron funcionarios el viernes.
Olaf -llamado así en honor al esperma congelado de donde salió- es el primero de más de 300 sapos conchos puertorriqueños que nacieron después del primer intento fallido, dijo a The Associated Press Diane Barber, la conservadora de especies de sangre fría en el zoológico de Fort Worth en Texas.
Barber formó parte del equipo que viajó el año pasado al pueblo de Guayanilla, en el suroeste de la isla, para juntar esperma de seis sapos conchos puertorriqueños machos que después fueron liberados de nuevo a la naturaleza. Los científicos tuvieron cuidado de escoger a los machos más grandes que tenían lo que llaman “excrecencia nupcial” en sus pulgares, lo cual indica madurez sexual y les ayuda a sostenerse de las hembras, dijo.
Extraer el esperma de sapos que miden hasta 11 centímetros de largo suele ser fácil: lo liberan en la orina, y suelen orinar cuando son levantados, dijo Barber. Pero para los sapos que no orinaron, se utilizó otra táctica.
El equipo, que incluye a científicos del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos y del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico, entre otros, conservaron el esperma en nitrógeno líquido mientras lo transportaban al zoológico de Fort Worth, donde había un par de sapos hembras inyectadas con hormonas.
Los intentos de rescatar al sapo concho puertorriqueño se remontan a hace dos décadas, pero es la primera vez que se utiliza fecundación in vitro, según Armando Otero, secretario interino del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de la isla.
Con el fin de preparar a los sapos para una reproducción exitosa, los científicos los exponen a temperaturas más bajas durante aproximadamente tres meses y, a veces, incluso simulan que llueve, dijo Barber.
Hasta la década de 1960, se creía que el sapo concho puertorriqueño estaba extinto, y fue redescubierto en la década de 1980. La mayoría de la población vive en la mitad sureña de la isla; desde 1992 no se ven sapos en el norte.
Se calcula que la población silvestre de sapos en Puerto Rico varía entre 300 y 3.000, dijo Barber, y agregó que son muy enigmáticos.
Las afamadas ranas coquí de Puerto Rico tienen un canto hermoso. En cuanto al sapo concho, se oye parecido al “motor de un auto que intenta arrancar”, señaló Barber. “Lo que carecen en su canto, lo compensan con estos hermosos ojos dorados y narices similares a un pico de pato que se inclinan hacia arriba”, agrego.