Este lunes, expertos advirtieron que México podría no estar preparado para enfrentar los fenómenos climáticos de El Niño y La Niña, los cuales afectarían al país de manera extrema durante el próximo verano.
Con base en el último informe publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), este tipo de cambios provocarían mucho más calor, sequías e inundaciones severas.
Por ello, los especialistas lamentan que México no establezca las suficientes políticas públicas preventivas, ya que, comúnmente, suele reaccionar ante las contingencias.
“Yo pienso que es bastante reactivo. Desgraciadamente, el sistema de gobernanza de la sequía y el exceso de agua es así”, precisó América Nallely Lutz, profesora e investigadora del Colegio de Sonora.
“¿Por qué reactivo? Estos fenómenos son cíclicos y uno lo que observa es que a nivel del consumo de agua en las ciudades, con los ganaderos y agricultores, se les hacen recomendaciones, pero todavía no cae dentro de la conciencia ciudadana y gubernamental que estos cambios climáticos requieren una planeación”, explicó.
A pesar de que actualmente la OMM y el Servicio Meteoroógico Nacional de México y Estados Unidos establecieron que el mundo se ubica en una fase neutra, los expertos alertan que, a finales del verano de 2023, podría ocurrir el azote de El Niño extremo.
“Hoy en día nos encontramos en una fase neutral, pero se habla de que es altamente probable que lleguemos a una fase de El Niño en el verano tardío del 2023, la cual se extendería todo otoño hasta inicios del invierno, por lo que esperamos más humedad y más lluvias”, señaló Lutz.
“Hasta cierto punto resulta necesario preparse para la emergencia, decirle a la gente que se prepare lo más que pueda con antelación”, finalizó.