Crecer debajo de las copas de los árboles podría tener un beneficio cognitivo en los más jóvenes. Un reciente estudio llevado a cabo en el Reino Unido reveló que, así como el follaje, las células en el cerebro de los niños se ramifican si éstos pasan más tiempo en contacto con aquellos entornos donde la vegetación abunda. “Aunque el proceso es largo, parece ser que nutre las conexiones neuronales a largo plazo” explica el escrito.
A diferencia con otros entornos naturales, como pastizales, ríos o lagos, parecer ser que el contacto constante con los árboles otorga beneficios directos al cerebro de los niños. Y es que si se acostumbra a las personas desde la infancia a pasar tiempo afuera, en espacios arbolados, el desempeño cognitivo y la salud mental, al llegar a la adolescencia, serán mucho más sanos que el promedio.
Para la investigación, se consideró a una muestra de más de 3 mil 500 estudiantes de Londres con un rango de edad de entre 9 y 15 años. Todas las personas tomadas en cuenta pasaron más tiempo cerca de los árboles desde sus primeros años de desarrollo. Al respecto, el equipo de científicos a cargo del proyecto señalaron lo siguiente:
“Estos hallazgos contribuyen a mejorar nuestra comprensión de los tipos de entornos naturales como un factor protector importante para el desarrollo congnitivo y la salud mental de los adolescentes”.
Sin embargo, hacen una aclaración: a pesar de que la cercanía con los árboles es beneficiosa, no se trata de una regla general para otros ecosistemas. Por el contrario, otros tipos de entornos naturales contribuyen de diferentes maneras a la salud humana, tanto física como mentalmente. Según los expertos, este contacto debe ir más allá de “abrazar árboles”; se trata más bien de un estilo de vida cercano con estos seres vivos.
Finalmente, los resultados del estudio demostraron que la población que vive cerca de áreas verdes parece más resistente a los padecimientos mentales que quienes viven en entornos completamente urbanizados. Por si fuera poco, investigaciones similares llevadas a cabo tanto en Estados Unidos como en Dinamarca tuvieron los mismos resultados.