El Valle de Toluca se empeña en mantener la mala calidad del aire, aunque no en los niveles que motivaron la primera contingencia ambiental decretada en los 16 municipios de la región, debido a la alta concentración de partículas suspendidas menores a 10 micras (PM10), PM2.5 y ozono, principalmente.
A pesar de las medidas de movilidad establecidas y del programa "Hoy no circula" implementado ante la contingencia sanitaria por COVID-19 en algunos municipios del Valle de Toluca, los niveles de contaminación no decrecen, persistiendo la mala calidad del aire debido al periodo de incendios forestales y al efecto invernadero derivado de las olas de calor que atraviesan el país; factores que no ayudan a mejorar la calidad del ambiente.
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En este sentido, el día de hoy los tres tipos de contaminantes alcanzaron niveles medios, al ubicarse las PM10 y PM2.5 en los 107 puntos del Índice Metropolitano de Calidad del Aire (IMECA), mientras que el ozono alcanzó las 107 unidades en promedio, mientras que los niveles de radiación ultravioleta llegaron a un nivel moderado de 4 UV Index; de acuerdo con los reportes de la Red Automática de Monitoreo Atmosférico del Valle de Toluca (RAMAT).
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Ante esta situación, expertos en la materia aseguran que los altos niveles de ozono que se presentan en la entidad mexiquense se deben a dos variables: la primera, a las corrientes de aire que no favorecen al ambiente, ya que provocan que todo el ozono generado se quede estancado, evitando que se limpie la ciudad. La segunda es que no existe como tal una mayor masa forestal en la entidad para poder limpiar todo el CO2 que se genera, aunado a la escasez de precipitaciones durante esta temporada de calor, por lo que se espera que estos niveles de ozono aumenten al regresar paulatinamente a las actividades industriales y cotidianas, puesto que al haber permanecido detenida la industria, ahora se trabajará a "marchas forzadas", incrementándose también el parque vehicular.
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Es de subrayar que la mala calidad del aire es causante de efectos adversos sobre la salud de la población, en particular de los niños y adultos mayores que padecen enfermedades respiratorias como asma, y quienes sufren del corazón, en cuyo caso es recomendable evitar realizar actividades al aire libre. Es importante resaltar que inhalar aire con altas concentraciones de PM10 puede volver al organismo más susceptible a los resfriados, pues se adhieren a las vías respiratorias altas, mientras las PM2.5 llegan a penetrar en los pulmones provocando afectaciones graves, como neumonías. Después de exposiciones prolongadas al ozono, provoca síntomas iniciales como tos, dolores de cabeza, náuseas, dolores pectorales y acortamiento de la respiración, hasta llegar a provocar inflamaciones pulmonares, hiperreactividad de las vías respiratorias y un grave deterioro de la actividad pulmonar; además, es de destacar que el ozono también daña a la vegetación.
