En la actualidad, muchas cosas contaminan el medio ambiente, unas más que otras, por lo que resulta importante identificarlas para disminuir su uso o dejar de ocuparlas completamente; aunque en algunos casos llegue a ser difícil, pues se trata de objetos que se han vuelto indispensables para las personas. Este es el caso de los teléfonos celulares, ya que para casi todos los usuarios se han convertido en grandes herramientas portátiles que les permiten mantenerse comunicados a distancia, además de contar con múltiples aplicaciones que facilitan el trabajo y la vida en general.
Desafortunadamente, los celulares son unos de los más grandes contaminantes de nuestro planeta, ya que los materiales con los que están hechos, como plástico, cobalto, carbono, hierro, plomo entre otros, provocan que durante el proceso de su fabricación se consuma demasiada energía. Lo mismo ocurre con sus baterías, contaminando de diversas maneras; la primera de ellas proviene del uso constante de energía eléctrica para recargarlas. Además, al ser desechadas generan sustancias tóxicas como mercurio y litio, y su degradación completa tarda aproximadamente 100 años.
Los teléfonos celulares son cada día menos duraderos, es decir, la mayoría de smartphones en el mercado tienen un promedio de vida de uno a dos años; esto se debe principalmente a la gran cantidad de dispositivos que son puestos a la venta en muy poco tiempo, ya que, por lo general, las personas prefieren tener los modelos más recientes, por lo que el teléfono anterior termina siendo desechado en el mayor número de los casos, generando grandes cantidades de basura. A esto hay que sumar el hecho de que, al ser desechados, suelen acabar en un bote de basura ordinario, cuando este tipo de desechos deben ser tratados de forma especial para evitar que sus componentes contaminen los océanos y otras áreas naturales.
Algunos centros de distribución y venta de teléfonos celulares cuentan con zonas específicas donde podemos dejar los dispositivos que ya no funcionan o que ya no utilizaremos más; desde allí se encargarán de desecharlos del modo adecuado. Si aún conservas algún celular que ya no usas, asegúrate de llevarlo a esta clase de lugares.
Otra alternativa para deshacerte de los teléfonos celulares que ya no utilices, pero que aún funcionan, es llevarlos a tiendas de segunda mano; de esta manera no sólo ayudas a disminuir la contaminación del medio ambiente, también obtendrás algo de dinero a cambio. Recuerda que siempre se puede empezar con pequeños detalles que, al final, harán la diferencia.