La ciudad de Los Ángeles, California, empezó este fin de semana con las restricciones al consumo de agua y el riego al aire libre. Lo anterior luego de que la sequía que actualmente afecta a los Estados Unidos continúa avanzando, registrando incendios a lo largo y ancho de la nación.
Estas medidas forman parte de un plan de conservación implementado por el Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles (LADWP, por sus siglas en inglés), las cuales, se estima, afectarán a poco más de 4 millones de habitantes.
De igual manera, en las áreas vecinas a la urbe, al menos 6 millones de consumidores se verán perjudicados por esta estrategia, que tiene como objetivo principal el lograr una reducción del 35% en el uso del agua.
Según datos proporcionados por el Centro Nacional de Mitigación de Sequías y diversas agencias federales, California se encuentra bajo una sequía severa.
Prueba de ello es que la Administración de Información de Energía de los Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), alertó en días recientes que de continuar con esta situación, la generación hidroeléctrica del estado será el próximo verano hasta un 48% menor que en condiciones normales.