En lo que va del año, Brasil ha logrado reducir de manera significativa el número de incendios forestales acontecidos en el Amazonas, esto gracias a múltiples factores como el control de llamas y un clima más favorecedor.
Tras la marca de siniestros registrada en 2024, el Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad (ICMBio), responsable de las áreas naturales protegidas de aquel país sudamericano, apostó por una estrategia poco común para un organismo de este tipo: apoyar a quienes usan el fuego para fertilizar la tierra.
En plena temporada seca, explica, los bomberos hablan por teléfono con los productores rurales que viven cerca de los parques naturales. Posteriormente, acuden a sus granjas y les proporcionan antorchas de goteo con la mezcla de combustible adecuada.
Mientras el aire se llena de un olor a hierba quemada, otros elementos utilizan sopladores para conducir las llamas y así evitar que se desvíen hacia el último gran pedazo de selva de la región.