Este martes 7 de agosto dará inicio la Cumbre de la Amazonia en Belém, Brasil, donde los presidentes de países amazónicos se reunirán para detener la devastación de la selva más importante del planeta.
Liderada por el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, esta cita se produce en un momento en el que el bosque amazónico atraviesa una grave crisis, producto de los altos índices de deforestación, minería ilegal, acoso hacia pueblos originarios e incluso una creciente presencia del narcotráfico.
Por tal motivo, los jefes de estado, ministros de Exteriores y Medioambiente de Brasil, Bolivia, Colombia, Guyana, Perú y Venezuela se encontrarán para ultimar detalles de la llamada Declaración de Belém, que en un principio constará de aproximadamente 130 puntos e incluirá un plan a fin de conservar la Amazonia en pie.
El objetivo principal es claro: encontrar un punto de equilibrio entre salvaguardar dicho ecosistema, clave para reducir las emisiones de carbono y mantener el ritmo de lluvias en Sudamérica, y otorgar condiciones de vida dignas a sus habitantes a través de la bioeconomía.
“Hay una comprensión de todos los presidentes de que la Amazonia no puede ni debe alcanzar el punto de no retorno”, declaró la ministra de Medioambiente de Brasil, Marina Silva.
“Llegar a ese extremo supondría que la selva tropical ha perdido su capacidad de regeneración y caminar de forma irreversible hacia su transformación en una sabana, lo cual traería consigo consecuencias terribles para la región”, alertó.