En México y otros países de Latinoamérica, miles de familias aún conservan la tradición de colocar un nacimiento bajo el árbol de Navidad u otro lugar de la casa.
Normalmente en esta representación de la llegada del niño Jesús para simular la vegetación que rodea el pesebre donde se encuentran María y José, lo más sencillo es colocar musgo. Sin embargo, aunque resulta fácil de conseguir, no es lo mejor, pues esta planta es muy importante para el medio ambiente y hay que dejarla crecer donde está.
Por si no lo sabías, el musgo es una planta no vascular, es decir que carece de tallo, sistema vascular y flores. Además, puede crecer en las rocas, troncos de los árboles, a la orilla de un camino terregoso e incluso en el techo de las casas.
Entre sus múltiples beneficios al medio ambiente, el musgo es capaz de retener la humedad del suelo y, por consecuencia, evitar que éste se degrade. Por si fuera poco, en él también habitan pequeños organismos e invertebrados.
Por estos y otros motivos, recolectar musgo para adornar los pesebres navideños es una actividad dañina hacia con el planeta. No importa si la cantidad es grande o pequeña, todo representa un daño para los ecosistemas.